El desarrollo de estos proyectos innovadores que contribuyen a mejorar la calidad de productos como el vino, encuentra un ejemplo perfecto en el proyecto I+D FRESHWINES, proyecto aprobado por el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) del Ministerio de Ciencia e Innovación, bajo el título ‘Estrategias ecológicas y tecnológicas para mejorar la frescura de vinos españoles’.
Con un presupuesto inicial de 2 millones de euros, esta iniciativa cofinanciada con el Fondo Europeo de Desarrollo Regional (FEDER) en el marco de la convocatoria INNTERCONECTA del CDTI , arrancó con el propósito de incrementar el valor de los vinos españoles en todo el mundo a través de la potenciación de su frescura.
Así, pretende potenciar su competitividad y satisfacer una demanda internacional creciente que se orienta hacia el consumo de este perfil de vinos.

Manuel Delgado Casas, ingeniero agrónomo y Jefe de Cultivos de la bodega González Byass dedica su labor a las actividades de investigación relacionadas con el viñedo, y coordina y gestiona la ejecución de este proyecto de innovación enológica.
La esencia del vino adaptada a las nuevas tendencias
La bodega González Byass pertenece a la Federación Española del Vino; la innovación e investigación están presentes en el ADN de la compañía, poniendo en funcionamiento el primer centro de investigación privado de España dedicado a la vitivinicultura, el CIDIMA (Calidad, Investigación, Desarrollo, Innovación y Medio Ambiente). Así, la participación de la empresa en proyectos I+D+i se ha convertido en una constante.
Fines comunes, enlazados con objetivos particulares, representan las metas de las compañías e instituciones participantes en el proyecto, liderado por la empresa biotecnológica Lallemand Bio y participado por, además de González Byass, Bodegas Altosa, Bodegas Fontana y Bodegas Comenge y entidades colaboradoras como el Grupo de Investigación ENOTEC de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas de la Universidad Politécnica de Madrid (a través de la Fundación Premio Arce) , el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos del CSIC (IATA-CSIC) y el Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (ITA CyL).
Las nuevas tendencias imperantes en los consumidores europeos y de otros mercados del mundo se centran en la preferencia por vinos cada vez menos elaborados, menos alcohólicos, más sencillos de beber, incluso para el público menos entendido en enología.
Esta predilección, unida a la evidencia de que las generaciones más jóvenes, especialmente en España, abogan por bebidas más frescas y diferentes al vino, han llevado a las bodegas a adaptarse.
Técnicas ecológicas e innovadoras que miran hacia el futuro del sector
Los vinos de Cádiz nacen en un entorno marcado por unas condiciones climáticas que dan lugar a una acidez y características concretas.
La metodología de proyectos en diversidad climática propició que los equipos técnicos de las distintas bodegas participantes, ubicadas en distintas zonas de España, descubrieran aspectos beneficiosos o perjudiciales para cada una de ellas, estableciendo, pues, sistemas de mejora.
“Las altas temperaturas, frecuentes en la provincia gaditana, y en un escenario de cambio climático en el que la maduración se ve acelerada, dan lugar a una descompensación enológica en cuanto a la producción de azúcar y, por tanto, a la acidez del vino, por lo que es necesario adoptar nuevas técnicas que lleven a un mejor equilibrio.”, expone Manuel Delgado.
En esta situación ya no solo son válidos los datos en cuanto a temperatura y humedad a nivel general, sino que es preciso centrarse en el microclima de cada racimo. Así, no madura igual un racimo totalmente expuesto al sol que uno protegido y resguardado, de modo que la participación en este proyecto ha permitido investigar al detalle, a través de diversos sensores, la humedad y temperatura de cada racimo, durante los días previos a la vendimia.
El análisis de cada muestra permitió tomar decisiones en el viñedo, por ejemplo, aplicando unos elicitores que ayudaban a una maduración más homogénea, estudiando distintas densidades de plantación (cepas por hectárea), modificando el manejo de la vegetación para que proteja más del sol a los racimos; incluso se han seleccionado y analizado levaduras autóctonas del propio viñedo con interés para las vinificaciones.
Entre otras muchas cosas, explica Manuel Delgado, este proyecto “potencia su forma de trabajar”, pues les ha permitido conocer más y mejor el viñedo, obtener un mayor análisis y conocimiento sobre el mismo y aplicar mejoras para futuras cosechas.
Todo un potencial vitivinícola que fomentar
Para alcanzar objetivos tan ambiciosos se requiere de más tiempo, de modo que los resultados concretos se verían a largo plazo. No obstante, Manuel Delgado explica que los avances ejecutados durante estos tres años han sido muy valiosos para sentar las bases y fijar metas de futuro, pues ya está claro el camino a seguir.
Mantener la continuidad de proyectos como FRESHWINES, que impulsen el vino tinto de Cádiz en el mundo es necesario para avanzar en un camino nada fácil. El principal hándicap con el que se encuentra la Indicación Geográfica Protegida Vinos de la Tierra de Cádiz en el mercado internacional, en palabras de Manuel Delgado, es que es muy difícil competir con unas D.O. españolas muy potentes y asentadas desde hace décadas.
A pesar de ello, esto no evita que los vinos tintos de Cádiz se vayan haciendo un hueco paulatinamente entre los amantes del vino, por su calidad, que es cada vez más apreciada en rincones diversos del mundo, y por su historia milenaria, que no pasa desapercibida.
González Byass cuenta con una red de distribución que supera los 120 países, siendo sus principales mercados Reino Unido, Estados Unidos y Alemania; tres países en los que, además, cuentan con distribuidora propia.
El sector del vino, sin duda, es uno de los grandes embajadores de la marca Cádiz en el mundo. La irrupción de proyectos innovadores como FRESHWINES, financiado por los fondos europeos FEDER, en empresas de gran bagaje como González Byass, son un impulso imprescindible en la difusión y el conocimiento de uno de los productos que son sello indiscutible de la riqueza de la provincia.